Jim Allchin, vicepresidente de Microsoft, ha aprovechado una conferencia telefónica que ha mantenido con periodistas norteamericanos para efectuar unas declaraciones que con un poquito de suerte pasarán a los anales de la historia de la informática. Y es que este señor no ha tenido reparos en afirmar que las medidas de seguridad que incorpora Windows Vista son tales que él se siente seguro sin tener que instalar un antivirus.
Allchin ha justificado su postura aduciendo que Vista supera ampliamente las especificaciones en materia de seguridad de Windows XP al incorporar nuevos controles parentales y una tecnología denominada Address Space Layout Randomization (ASLR) que hace más difícil la propagación de los virus y su ejecución en los ordenadores que tengan instalado este sistema operativo.
Tras soltar esa barrabasada, y quizás consciente de la enormidad que acababa de pronunciar, Allchin se ha curado en salud y ha confesado que en un futuro se detectarán vulnerabilidades en Vista que darán lugar a virus y troyanos, pero que en cualquier caso su número será significativamente inferior a los que se han propagado en la era de Windows XP.
Lo primero que me ha venido a la mente tras leer estas gloriosas manifestaciones ha sido aquello de que uno es dueño de su silencio pero esclavo de sus palabras.