La industria discográfica se ha visto envuelta en los últimos años en una oleada de transformaciones tecnológicas que la han obligado a reformar su modelo de negocio, que durante décadas había girado en torno a la venta de música en formatos físicos, primero en forma de vinilos y cassettes, y más tarde en CD.
El cambio radical que la irrupción de los smartphones e Internet ha supuesto en la manera en que los consumidores accedemos a las canciones de nuestros grupos y artistas favoritos ha forzado a los grandes sellos musicales, no sin mostrar grandes reticencias, a apostar por el modelo digital.
Ello se ha visto reflejado en la evolución paulatina que han experimentado sus fuentes de ingresos, tal y como recoge la gráfica que encabeza este artículo. A comienzos de la década de los ’80, las ventas de los discos de vinilo y los cassettes aportaban la práctica totalidad de las ganancias de estos emporios. Con la aparición del CD unos años más tarde, el mercado dio la espalda a los antiguos formatos y durante un decenio nos encontramos con un monocultivo asentado en la comercialización de Compact Discs.
Servicios basados en la compra de canciones por Internet como iTunes vinieron a satisfacer las demandas de una parte de los consumidores a partir de mediados de la década pasada y compensaron la caída en las ventas de CD como consecuencia de la piratería y de la obsolescencia de este formato, que ya no se adecuaba a las necesidades de la sociedad.
Como se aprecia en la imagen superior, en los últimos años la compra de música por Internet está compartiendo protagonismo con la popularización de servicios de música por streaming como Spotify, que permiten a sus usuarios escuchar millones de canciones pagando una suscripción mensual o bien de manera gratuita pero con publicidad.
Entre uno y otro generan más de la mitad de los ingresos de las discográficas. Unas empresas que hasta hace no demasiado aprovechaban cualquier oportunidad que se les presentaba para desmerecer los modelos de negocio basados en aplicaciones online. Apuesto a que, visto cómo ha evolucionado el sector, ahora se guardarán muy mucho de seguir haciéndolo…