El 2 de febrero de 2017, la sonda espacial Juno completó su cuarta aproximación a Júpiter, que la llevó a situarse a tan solo 4.300 kilómetros de altitud por encima de sus nubes. Mientras sobrevolaba el gigante gaseoso a una velocidad relativa de 207.605 Km/h, el espectrómetro de imágenes JIRAM que lleva a bordo tomó esta fotografía en infrarrojo de su polo norte.
El centro de la misma está ocupado por un gigantesco ciclón rodeado por otros ocho más pequeños cuyos tamaños oscilan entre los 4.000 y los 4.600 kilómetros. Para entender la magnitud de esta región cubierta por tormentas, basta con señalar que es mayor que el diámetro de la Tierra.
En la imagen se aprecian las capas superiores de la atmósfera de Júpiter. Las zonas en tonos amarillentos tienen temperaturas que se sitúan en torno a los -13°C, mientras que las oscuras son más frías y apenas si llegan a los -83°C.
Desde que completó su inserción orbital en Júpiter a mediados de 2016, los instrumentos a bordo de Juno han obtenido información que ha contribuido al estudio de la atmósfera del planeta y a entender mejor su estructura, composición y los elementos que contribuyen a su rotación. Las mediciones realizadas durante sus 32 órbitas también han permitido la creación de un nuevo modelo de su campo magnético y a determinar la dinámica de su interior.
Además de Júpiter, Juno también ha examinado sus lunas interiores Ganimedes y Europa. En junio de 2021, por ejemplo, se aproximó a 1.038 kilómetros de la superficie de Ganimedes y en 2022 se situó a tan solo 352 kilómetros de altitud sobre Europa. Está previsto que el año que viene se acerque a unos 1.500 kilómetros de Ío.
Los científicos confían que los datos recopilados por Juno serán de gran ayuda para las próximas misiones a las lunas de Júpiter, como es el caso de la Europa Clipper Mission de la NASA, que se lanzará en 2024, y la JUICE de la Agencia Espacial Europea, que partirá del Puerto Espacial de Kourou en la Guayana Francesa el próximo 13 de abril de 2023.