Una cámara situada en un vehículo de exploración marina manejado por control remoto detectó casualmente a más de 1.500 metros de profundidad, bajo una plataforma petrolifera, esta misteriosa criatura de extraño aspecto y notable tamaño. La cuestión que cabía preguntarse era obvia: ¿de qué animal se trataba?
La chocante apariencia de este especimen sirvió de inmejorable reclamo para que cientos de miles de personas visionaran el vídeo una vez fue subido a Internet por primera vez en mayo del año pasado. En cuestión de horas afloraron muchas y muy variadas teorías (algunas disparatadas) intentando explicar el origen del protagonista de la grabación.
Pero como cabía esperar, las dudas no se zanjaron hasta que al día siguiente unos biólogos marinos descubrieron la grabación y analizaron pormenorizadamente las imágenes. Tras estudiarlas llegaron a la conclusión de que se trataba de una Deepstaria enigmatica o bien de una Deepstaria reticulum, medusas ambas que pertenecen a la familia de los ulmáridos.
La Deepstaria enigmatica fue descrita por primera por el biólogo marino F. S. Russell en 1967, mientras que la Deepstaria reticulum, la segunda especie del género Deepstaria, no se descubrió hasta 1988 gracias a la labor de los investigadores R. Larson, L. Madin y G. Harbison.
Muy poco se sabe de ambas. Las grandes profundidades en las que pasan la mayor parte de sus vidas (en ocasiones cercanas a los 2.000 metros) hace que hayan sido divisadas en contadas ocasiones y que no se haya podido estudiar pormenorizadamente su comportamiento. Una muestra más de los secretos que aún hoy en día sigue escondiendo la naturaleza.