Activision Blizzard ha publicado su balance económico del último trimestre, en el que ha obtenido unos ingresos de 2.380 millones de dólares, un 35% más que el año pasado en esas mismas fechas, y unos beneficios de 740 millones de dólares, un 87% más que en el mismo periodo de 2022.
El gigante de los videojuegos ha señalado que los buenos resultados se deben a un aumento en la facturación de Activision, Blizzard y King, sus tres mayores filiales, y ha destacado especialmente el papel que ha jugado su división de juegos para dispositivos móviles.
En este sentido, ha explicado que tanto Call of Duty, como Candy Crush, Warcraft, Overwatch y Diablo han generado unos ingresos mayores en términos interanuales. Los ingresos de Activision han crecido un 28%, mientras que los de Blizzard lo han hecho en un 62% y los de King en un 8%.
El número de usuarios mensuales de sus juegos ha llegado hasta los 368 millones, lo que representa un ligero descenso de 4 millones de un año a otro. Activision ha perdido 2 millones y King se ha dejado 7 millones, pero Blizzard ha compensado parcialmente esas caídas aumentando su base de seguidores en 5 millones.
Activision Blizzard ha explicado que sus previsiones para el segundo trimestre del año son muy positivas. En las mismas se recoge que esperan una subida de los ingresos superior al 10% y confían que los beneficios netos se incrementen por encima del 40% interanual, impulsados sobre todo por las ventas de Diablo IV, que se va a lanzar el 6 de junio.
La presentación de este balance de resultados se ha producido apenas unas horas después de que se haya sabido que, contra todo pronóstico, el organismo regulador de la competencia del Reino Unido ha bloqueado la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft argumentando que podría poner en riesgo la viabilidad del mercado de los videojuegos en la nube.
La noticia ha resultado sorpresiva, por cuanto hace apenas un mes, este mismo ente se había mostrado a favor de la operación e, incluso, había emitido un comunicado en el que se recogían una serie de conclusiones preliminares que apuntaban a que iba a dar su visto bueno a la compra.
Una vez conocida la resolución, tanto Microsoft como Activision Blizzard han asegurado que presentarán un recurso y han amenazado de manera no demasiado sutil con reducir sus inversiones futuras en el Reino Unido.