British Telecom ha empezado a ofrecer a los proveedores de acceso a Internet que utilizan sus redes en el Reino Unido un servicio denominado Content Connect que les va a permitir cobrar a las empresas de Internet un cargo extra si quieren que sus contenidos se distribuyan a gran velocidad y lleguen a sus abonados en perfectas condiciones.
En un primer momento, esta tecnología va a dar la posibilidad a las telecos de hacer pasar por caja a aquellas compañías online que ofrecen películas, series, documentales o espacios televisivos por streaming. Se trata de una vieja reclamación que las cableras vienen haciendo desde hace tiempo, ya que consideran que los gigantes de Internet se lucran por el uso de sus redes pero no les pagan un sólo céntimo a cambio.
Eso, repito, de entrada. Nadie puede asegurar a día de hoy que no vayan a hacer uso de este servicio para hacer pagar un canon a cualquiera que desee que su página cargue rápidamente cuando un usuario británico la visite. Un disparate, vamos.
Lo cierto es que, de no mediar una resolución judicial que ponga freno a este despropósito, los ISP van a tener a partir de ahora las herramientas necesarias para implementar un Internet de 2 velocidades en el que las empresas que puedan pagar partirán de una posición de ventaja respecto al común de los mortales y que se pasará por el forro el concepto de Neutralidad en la Red.