La irrupción de la inteligencia artificial y su integración paulatina en todo tipo de productos y servicios que utilizamos habitualmente va a tener un impacto muy destacado en nuestro día a día conforme este tipo de tecnologías se vayan haciendo más prevalentes.
En los últimos meses, con la aparición de ChatGPT, estamos viendo los cambios profundos que está ocasionando en el sector de las búsquedas en Internet, pero esto es sólo la punta del iceberg. En los próximos años, sus efectos se van a notar en todo tipo de sectores, algunos muy alejados de las nuevas tecnologías, y su implementación va a posibilitar la aparición de artículos, procesos industriales y soluciones potencialmente revolucionarios.
Microsoft, Google, Meta, Apple, Nvidia o Amazon, entre otros, han remarcado en múltiples ocasiones que consideran prioritario el desarrollo de este tipo de tecnologías y están dedicando partidas multimillonarias a proyectos basados en las mismas. Una circunstancia especialmente significativa si tenemos en cuenta que están reduciendo sus partidas de gastos y despidiendo a miles de trabajadores para compensar la caída de beneficios que están sufriendo debido a la coyuntura económica actual.
La última figura en alabar públicamente las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial ha sido Bill Gates, que en un artículo publicado en su web oficial ha explicado que considera que es el avance tecnológico más significativo que se ha producido en décadas.
A lo largo de su carrera, ha explicado, sólo la interfaz gráfica de usuario que hizo posible la aparición de los sistemas operativos modernos, con Windows y macOS a la cabeza, le ha impresionado tanto como lo está haciendo ahora la inteligencia artificial.
Bill Gates considera que la inteligencia artificial es tan importante como la creación del microprocesador, de Internet o de los teléfonos móviles, ya que cambiará la manera en que trabajamos, aprendemos, viajamos, obtenemos atención médica y nos comunicamos entre nosotros.
A pesar de las dudas que su uso genera en ciertos sectores, se muestra confiado en que en el futuro contribuirá a mejorar la vida de las personas. Para ello, advierte, será necesario que se establezcan unas reglas de juego que aseguren un uso correcto de esta tecnología, que minimicen sus inconvenientes y que hagan posible que sus beneficios lleguen a la mayor parte de la población, independientemente de dónde vivan estas personas o de cuál sea su poder adquisitivo.