A principios de junio del año pasado, y tras arduas negociaciones, la Cámara de Representantes estadounidense decidió rechazar el concepto de Neutralidad de la Red, vigente desde el mismo nacimiento de Internet y que establece que todos los sitios deben ser tratados de igual manera por las compañías de telecomunicaciones que suministran el acceso a la Red.
La resolución supuso un ataque en toda regla a la línea de flotación de Internet y amenazó con dinamitar el principio de equidad que había presidido el avance y popularización de la Red de Redes a lo largo de la última década. La situación era de una extrema gravedad puesto que grandes telecos como AT&T o Verizon habían conseguido que el Congreso norteamericano diera su visto bueno a la creación de una Internet de 2 velocidades en la que estas compañías tendrían en su mano la posibilidad de favorecer, limitar o incluso vetar los contenidos que circularan por sus redes en función de sus intereses particulares.
Tal era la trascendencia del asunto que grandes empresas de Internet como Google, Amazon, eBay o Yahoo y asociaciones en defensa de los intereses de los internautas de EEUU dejaron de lado sus desaveniencias continuas, unieron esfuerzos y formaron grupos de presión encargados de hacer valer su punto de vista a los políticos norteamericanos que debían dilucidar el futuro de la Red.
El trabajo conjunto ha dado sus frutos y en el tiempo que ha transcurrido desde entonces el camino se ha ido allanando poco a poco después que diversos senadores hayan mostrado su oposición frontal al proyecto en cuestión, argumentando que puede suponer un freno al desarrollo de los negocios online e ir en contra de los intereses de sus votantes.
Teniendo en cuenta la evolución que han ido tomando los acontecimientos, AT&T ha variado su posicionamiento inicial y esta misma semana ha presentando una nueva propuesta mucho más moderada en sus términos que satisface en parte los deseos de los defensores de la Neutralidad en la Red.
Por otra parte, la victoria demócrata en las elecciones al Congreso y el Senado del pasado mes de noviembre debería suponer el espaldarazo definitivo que permitiera retirar la propuesta de regulación de Internet, pero algunas voces autorizadas han señalado que el peligro aún no ha desaparecido puesto que, si bien es cierto que algunos de sus componentes se han manifestado claramente en favor de la Neutralidad en la Red, todavía se desconoce cuál será la postura que adoptará la mayoría.