La British Antartic Survey (BAS), el organismo del Reino Unido encargado de realizar investigaciones científicas en el continente helado, ha recopilado los millones de mediciones geofísicas relativas a la elevación de la superficie y el grosor de la capa de hielo que durante años han aportado los satélites ICESat y la misión Operation IceBridge de la NASA y ha creado Bedmap2, el mapa topográfico más detallado que se ha conseguido hasta ahora sobre la Antártida.
Tal y como se puede apreciar en las imágenes que adornan este artículo, permite discernir el aspecto que tendría esta inhóspita región si no contara con la sempiterna presencia del hielo. Dicha información va a permitir a la comunidad científica crear modelos computerizados más realistas que simulen cómo responderá su gigantesca capa de hielo a los aumentos en la temperatura del aire y del océano que se están produciendo en el planeta como consecuencia del calentamiento global.
Unos datos de vital importancia ya que el deshielo de la Antártida, en función de la intensidad con la que se produzca durante las próximas décadas, puede llegar a influir de manera significativa en las corrientes marinas, alterar los ecosistemas oceánicos e incluso provocar un incremento del nivel del mar.