La cima de una colina a las afueras del pequeño pueblo esloveno de Jamnik, con los Alpes Julianos al noreste y los Alpes de Kamnik y de la Savinja al este, es el hogar de la Iglesia de San Primo y Feliciano, una construcción que cuando las condiciones climatológicas así lo quieren, da la sensación de surgir de entre las nubes: