Todos los iPhones, Macs, iPads, Apple Watch, AirPods y AirTags que se venden actualmente están impulsados por chips ARM que diseña la propia Apple. A cambio de utilizar esta arquitectura en sus SoCs, la compañía norteamericana abona una cuantía que hasta ahora se desconocía pero que se presuponía que era razonablemente elevada.
La sorpresa ha sido que, contrariamente a lo que se creía, resulta que paga muy poco por la licencia de uso de esta tecnología. Concretamente, menos de 30 céntimos por cada dispositivo que vende. Una cifra que llama la atención por lo inusualmente baja que es, especialmente para una marca premium como Apple que vende sus productos a precios muy altos.
Para poner en perspectiva lo irrisoria que es, basta con señalar que la capa finita de plástico que protege las pantallas de los iPhones nuevos le cuesta más dinero a Apple que la licencia de uso del juego de instrucciones de ARM. Todo ello provoca que los pagos de Apple representen apenas el 5% de los ingresos de ARM, la mitad de lo que obtiene de Qualcomm y MediaTek, que en su día firmaron contratos menos favorables para sus intereses.
Las malas noticias para ARM no acaban aquí, puesto que el convenio suscrito con Apple se extiende hasta más allá de 2040. Hasta entonces, y siempre de acuerdo a la información que se ha revelado hoy, la multinacional estadounidense podrá seguir utilizando la licencia de ARM a cambio de unas cuantías muy beneficiosas para sus intereses.