Fuentes internas procedentes de proveedores de componentes asiáticos que trabajan con Apple han certificado que la empresa californiana les ha encargado la fabricación de prototipos de pantallas de más de 4 pulgadas destinadas a un futurible iPhone y otras de casi 13 pulgadas para un nuevo modelo de iPad.
Esta información no implica que las nuevas generaciones de estos dispositivos vayan a ser obligatoriamente de mayor tamaño que los actuales, pero sí que pone de manifiesto que la multinacional está explorando escenarios en los que podría lanzar dispositivos de unas proporciones considerablemente superiores.
De hecho, está previsto que entre los meses de septiembre y octubre se pongan a la venta tanto el iPhone 5S como el nuevo iPad, que de acuerdo a la práctica totalidad de los pronósticos que se manejan a día de hoy mantendrán las mismas proporciones que los modelos actuales. Así pues, las pruebas que está realizando Apple serían, en el mejor de los casos, para reencarnaciones de sus icónicos gadgets que no verían la luz, al menos, hasta el año que viene.
Conviene recordar al respecto que el iPhone 5 posee una pantalla de 4 pulgadas, el iPad Mini de 7,9 pulgadas y el iPad de 9,7 pulgadas. Aunque sus ventas están siendo millonarias, los analistas hace meses que aventuran que Apple podría dar un paso al frente y presentar versiones de mayor tamaño ante el auge de competidores como Samsung, que viene apostando desde hace años por gadgets XXL.
La estrategia de Apple podría pasar por ampliar su cartera de productos, poner en el mercado nuevos tamaños de pantalla y ofrecer a los consumidores un mayor abanico de posibilidades entre las que escoger siguiendo la estela marcada por fabricantes como Sony, Huawei o la propia Samsung. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos.