La práctica totalidad de los productos que comercializa actualmente Apple, con la llamativa excepción del Mac Pro, están impulsados por chips diseñados en sus laboratorios por su equipo de ingenieros. Lejos quedan los tiempos en que los SoC de los primeros iPhones eran de Samsung o los de sus ordenadores Macintosh incluían los logos de Intel, AMD o, si nos remontamos más atrás en el tiempo, de IBM.
Pero, aunque la transición hacia sus procesadores se ha completado casi del todo, eso no quiere decir que no siga utilizando chips de otras compañías, como por ejemplo Qualcomm, que se encarga de los módems de datos, o de Broadcom, que suministra los chips de Wi-Fi y Bluetooth.
Una realidad ésta que Apple quiere revertir tan pronto como sea posible. A tal efecto, está desarrollando un chip que integra un módem, Wi-Fi y Bluetooth y sus dirigentes confían en que esté listo para ser incluido en sus dispositivos a partir de finales de 2024 o principios de 2025.
Hasta entonces, deberá seguir utilizando los servicios de Broadcom y Qualcomm. De hecho, esta última señaló recientemente durante la presentación de sus resultados económicos que habían cerrado un acuerdo con Apple para que la gama completa de iPhones que se lanzará a finales de año utilice sus módems.
Una portavoz de la compañía estadounidense ha remarcado hace sólo unas horas que prevén que la dependencia de Apple hacia sus módems vaya disminuyendo paulatinamente en los próximos ejercicios hasta que en 2025 sea residual, lo que deja entrever que asumen que para entonces el gigante de la manzana probablemente tenga a punto su propia solución.