Desde que me compré el nuevo iPhone 5S en acabado gris espacial a mediados del mes pasado andaba buscando una funda que lo protegiera del desgaste y rasguños propios de un uso continuado pero que al mismo tiempo no fuera demasiado gruesa ni afeara su, en mi opinión, excelente diseño. Y es que, si bien Apple diseña sus terminales para que duren sin necesidad de ningún tipo de funda, a la hora de la verdad, el día a día puede jugarte una mala pasada y dañar el smartphone.
Personalmente no soy un gran fan de las fundas para móvil, porque considero que afean o esconden las formas del teléfono, y no nos engañemos, cuando te compras un iPhone quieres que se vea. Pero en este caso, y dada la inversión realizada en su compra, estaba dispuesto a saltarme esta máxima y ponerle una para protegerlo. Así que cuando la compañía Snugg me ofreció la posibilidad de probar una de sus fundas para iPhone 5 y 5S no dudé en aceptar la oferta.
De todas las que tienen en su web, me decanté por una con acabado ultra fino transparente. La funda en sí está fabricada en policarbonato transparente y es semi-rígida. Es suave al tacto y bastante delgada. Los acabados, así como el envoltorio, son adecuados. Colocarla en el iPhone no es nada complicado y en apenas unos segundos ya lo tienes encajado en ella.
Una vez puesta, el acceso a los diferentes botones y conectores se realiza en la mayor parte de los casos con comodidad, ya que la funda dispone de aperturas suficientemente grandes a tal efecto. Pero a pesar de lo generosas que son, donde sí he notado un poco de dificultad ha sido para pulsar el botón de encendido y apagado. Nada que con un poco de práctica no se pueda solucionar.
La apertura trasera para la cámara de fotos y el flash es amplia, pero carece del anillo negro necesario para evitar que los reflejos confundan al flash de la cámara. No soy muy purista con el tema de las fotos, pero según he leído es bastante importante que esta parte de la funda esté sombreada en negro. La mayoría de las fundas que he visto, desde las más básicas a las más caras, disponen de ese sombreado, pero como he comentado, yo no he visto ningún tipo de cambio en mis fotos con o sin funda.
Otro de los aspectos que no me han gustado demasiado es el relieve del logotipo en la parte inferior trasera de la funda. No estoy en contra de que se inserte el logotipo, lo que pasa es que al tener relieve hace que el teléfono no esté totalmente plano al dejarlo sobre la mesa. A parte, por experiencia, todo lo que tenga relieve es una fuente de acumulación de suciedad. Otras fundas posicionan el logotipo en un lateral o bien está enrasado. Bueno, es sólo un detalle que no afecta a la calidad global de la funda que en general es muy buena.
Por lo general estamos delante de una funda de muy buenas prestaciones, que cumple con creces su cometido y que no añade demasiado grosor a nuestro teléfono. Al ser, en mi caso, transparente tampoco esconde o resulta llamativa y pasa bastante desapercibida. Como os he comentado, no soy muy fan de las fundas para móviles, pero por ahora, y al menos durante unos cuantos meses, se la dejaré puesta por precaución y porque tampoco le queda mal. Lo único que me ha quedado por hacer es una prueba de resistencia a los impactos. Estoy seguro que la funda lo aguanta; lo que no tengo claro es si el iPhone saldría airoso de tal prueba. Esta parte os la dejo para vosotros, pero recordad la ley de Murphy: Si se tiene que romper se romperá por mucho que intentes evitarlo