Amazon ha hecho saltar la banca y ha comprado Twitch por 970 millones de dólares. La plataforma de vídeo por streaming centrada en la transmisión de partidas y competiciones de videojuegos era una de las piezas más codiciadas del mercado, hasta el punto de que en los últimos meses se la había relacionado con gigantes como Google o Microsoft, que llegaron a presentar ofertas multimillonarias para hacerse con su control.
Creada en el 2011 por el mismo equipo que fundó la hoy extinta Justin.tv, su popularidad e influencia entre la comunidad de jugadores no ha dejado de crecer y actualmente es una de las principales fuentes de tráfico en Internet, superando en países como Estados Unidos a servicios tan importantes como YouTube a determinadas horas.
Una vez completada la operación, el CEO de Twitch ha querido dejar claro que pocas cosas van a variar a corto plazo: seguirán teniendo el mismo grupo de ingenieros y diseñadores, las mismas oficinas, la misma visión de a dónde quieren llegar, idéntica manera de trabajar y una gran autonomía.
Lo que sí cambiará será el enorme músculo financiero que garantizará Amazon para asumir inversiones de gran magnitud que hasta ahora no podían siquiera en soñar con acometer para mejorar las características de un servicio que tiene más de 55 millones de visitantes mensuales.
Y es que con Amazon y su gigantesca plataforma de computación en la nube detrás, Twitch va a contar con una estructura hecha a medida para seguir expandiéndose y creando nuevas propuestas para la transmisión de vídeos por streaming. Así mismo, los fondos de la compañía de Jeff Bezos le van a permitir afrontar el pago de las licencias que las productoras de videojuegos le exigen desde hace tiempo para poder seguir utilizando las bandas sonoras de los videojuegos en las partidas que sus usuarios transmiten.