El pasado 8 de junio la Cámara de Representantes estadounidense decidió rechazar el concepto de neutralidad de la Red, vigente desde el mismo nacimiento de Internet y que establece que todos los sitios deben ser tratados de igual manera por las compañías de telecomunicaciones que suministran el acceso a la Red.
Siguiendo el trámite parlamentario habitual, ahora ha sido una comisión de expertos del Senado norteamericano la que ha rechazado una enmienda presentada por el partido Demócrata que pretendía evitar que las operadoras de telecomunicaciones pudieran discriminar el tráfico que circula en Internet en función de su fuente, del uso que se le iba a dar o de a quién iba dirigido. La propuesta ha registrado 11 votos a favor y 11 en contra, pero la normativa establece que debe haber una mayoría para ser aprobada.
Tiene más visos de prosperar el proyecto de ley impulsado por el partido Republicano, que incluye la creación de una normativa de obligado cumplimiento para las compañías de telecomunicaciones que tendría por objeto la defensa de los derechos de los internautas. Un conjunto de medidas insuficientes según la opinión de los Demócratas, que argumentan que si se aplican tendrán unas consecuencias funestas para los consumidores, puesto que el coste del acceso a la Red se podría llegar a doblar.