El telescopio espacial Swift y algunos observatorios terrestres han captado la explosión de rayos gamma más lejana que se ha detectado hasta el momento. Los astrónomos que han llevado a cabo las observaciones aseguran que su origen se sitúa en los confines del Universo visible, a una distancia de aproximadamente 13.000 millones de años luz de la Tierra.
Las explosiones de rayos gamma se producen tras el colapso de estrellas masivas y son capaces de generar en sólo unos minutos la misma cantidad de energía que el Sol emitirá durante los próximos 10.000 millones de años.
El fenómeno fue detectado el pasado 4 de septiembre, y duró 3 minutos. Los científicos creen que marcó el final de una estrella gigantesca tras colapsarse y dar lugar a un agujero negro.
El profesor Keit Mason, responsable del Particle Physics and Astronomy Research Council (PParc) ha declarado que este descubrimiento es muy importante por cuanto «ayudará a saber más acerca de las estrellas que se crearon» poco después del Big Bang. Y es que se cree que el astro observado se formó «sólo» unos 1.000 millones de años después de la gran explosión que formó el Universo.
La importancia del descubrimiento va a llevar a que a finales de mes se use el telescopio Hubble para realizar observaciones de la explosión detectada, a pesar de que para esas fechas su intensidad habrá disminuido considerablemente.