LG se va convertir en la primera compañía en comercializar televisores 4K que incorporan pantallas con tecnología OLED. Lo va a hacer además con dos modelos, uno de 65 pulgadas y otro gigantesco de 77 pulgadas, que se van a poder adquirir a partir de septiembre en Europa, Norteamérica y Corea del Sur.
No son, eso sí, dispositivos baratos precisamente. El de 65 pulgadas va a costar 12 millones de won, que al cambio actual son 8.912 euros; del televisor de 77 pulgadas no se ha hecho público el precio ni la fecha exacta en que se lanzará, pero es evidente que será aún más caro.
Tanto el uno como el otro incorporan webOS, el antiguo sistema operativo para smartphones que desarrolló Palm y que, tras ser comprado primero por Hewlett-Packard y más tarde por LG, ha sido reestructurado a fondo para convertirlo en el núcleo que controle el funcionamiento de la nueva generación de smart TV de la compañía surcoreana.
La apuesta de LG por la tecnología OLED se debe a que ofrece imágenes con un mayor contraste, negros más profundos, mayores ángulos de visión y tiempos de respuesta más reducidos que las pantallas LCD. Los paneles pueden ser además más finos y ligeros, pero en contrapartida son mucho más caros de producir, consumen más energía y tienen tiempos de vida más cortos.