Los netbooks aparecieron casi de la nada hace seis años y, de manera fulgurante, se convirtieron rápidamente en los modelos más vendidos del mercado. Aunque eran muy limitados técnicamente y no permitían ejecutar cierto tipo de programas o de videojuegos, contaban a su favor con una carta ganadora: el bajísimo precio con el que se comercializaban.
Su reinado fue tan inesperado como efímero, y apenas tres años más tarde, la poca potencia de sus procesadores, su limitada capacidad de almacenamiento, la baja resolución de sus pantallas y sus cuestionables acabados se hicieron más visibles que nunca para los consumidores cuando aparecieron en escena los primeros tablets.
En cuestión de meses sus ventas se desmoronaron y los fabricantes optaron por dejarlos de lado. Los netbooks desaparecieron, es cierto, pero dejaron plantada una semilla que está a punto de rebrotar. La idea de vender portátiles de gama baja a precios en torno a los 200 euros era correcta, pero la tecnología de aquellos días no permitía dotarlos de prestaciones suficientes.
Afortunadamente, los procesadores, pantallas y memoria han experimentado mejoras sustanciales y, a diferencia de lo que sucedía por entonces, ahora sí es posible equipar a portátiles baratos con componentes que ofrezcan un rendimiento adecuado. A ello se van a aferrar precisamente Microsoft y los fabricantes de PC para impulsar las ventas de estos y competir con los tablets entre un segmento de los consumidores.
Tanto es así que Microsoft ha aprovechado la celebración de la Worldwide Partner Conference, un encuentro que organiza anualmente con socios comerciales, para anunciar que ha llegado a acuerdos con empresas como HP, Acer y Toshiba para poner a la venta, antes de que acabe el año, portátiles capaces técnicamente a un precio situado entre los 200 y los 250 euros.
Los modelos tendrán pantallas que irán desde las 11,6 hasta las 15,6 pulgadas, equiparán una nueva generación de procesadores Intel Celeron, utilizarán Windows 8.1 y dispondrán, en función de la opción que se escoja, de discos SSD o bien de discos duros al uso de hasta 500 GB. Veremos qué acogida tienen cuando se empiecen a distribuir en los próximos meses.