El Tribunal General de la Unión Europea ha desestimado la apelación que Intel interpuso en el 2009 contra la multa de 1.000 millones de euros con que fue sancionada por parte de la Comisión Europea por infringir las leyes antimonopolio en su competencia con AMD.
En el dictamen original, la Comisión sostenía que Intel había utilizado tácticas ilegales para perjudicar a su rival y a los consumidores al ofrecer descuentos ilícitos a los fabricantes de ordenadores HP, Dell, NEC y Lenovo por la compra de su gama de microprocesadores.
Según las conclusiones a las que llegó el organismo comunitario, Intel quería dejar fuera del mercado a AMD y para ello ideó un plan para ocultar la naturaleza contraria a la libre competencia de las medidas que aplicaba. Como consecuencia, estableció una multa equivalente al 4,15% de los ingresos que la multinacional estadounidense obtuvo en el 2008, el ejercicio anterior a la sentencia.
A pesar de este traspiés legal, Intel aún dispone de una última oportunidad para librarse del pago de esta multa, puesto que las decisiones del Tribunal General de la Unión Europea pueden ser recurridas en casación ante el Tribunal de Justicia durante los dos meses siguientes a que se dicten.
Sea como fuere, el mayor fabricante de chips del mundo no ha comunicado todavía si hará uso de está última opción o de si, por el contrario, dará por buena la sentencia y pondrá fin a un proceso legal que se inició hace casi una década y que tiene pocos visos de resolverse en su favor.
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