Hayao Miyazaki es, probablemente, la figura más importante que ha dado el cine de animación en el último medio siglo. Nacido en 1941 en Tokio, este director, productor, animador, ilustrador, guionista y, por encima de todo, creador de sueños comenzó su carrera en 1963 cuando se unió al estudio Toei Animation, al que estuvo ligado más de 20 años y en el que tuvo la oportunidad de dirigir El castillo de Cagliostro (1979).
El éxito de su siguiente proyecto como director, Nausicaa en el Valle del Viento (1984), le permitió fundar el Studio Ghibli junto con su colega Isao Takahata. En las 3 décadas que han pasado desde entonces, ha escrito, animado, producido y/o dirigido obras maestras del género como El castillo en el cielo (1986), Mi vecino Totoro (1988), La tumba de las luciérnagas (1988), Porco Rosso (1992), La princesa Mononoke (1997), El viaje de Chihiro (2001), El castillo ambulante (2004), Ponyo en el acantilado (2008) o Se levanta el viento (2013).
En septiembre del año pasado, tras el estreno de Se levanta el viento, Miyazaki anunció su retiro definitivo y puso fin a una carrera única que se ha extendido durante 50 años. Medio siglo en el que se ha labrado la admiración de millones de personas, como es el caso del artista C3nmt, que ha querido rendirle su particular homenaje con la creación del retrato que encabeza este artículo, en el que el rostro del realizador japonés está salpicado con algunos de los personajes más famosos de las películas a las que me he referido en el párrafo anterior.