Google es una compañía en constante crecimiento que actualmente cuenta en su plantilla con más de 40.000 empleados. Un imperio construido en base a la innovación que nos brinda productos como su buscador, Android, Google Maps o Gmail pero que, y esto no hay que olvidarlo, se financia de manera casi exclusiva gracias a los ingresos procedentes de los anuncios publicitarios que se muestran en sus servicios.
De ahí que la multinacional estadounidense sea la primera interesada en cuidar al máximo el correcto funcionamiento de su plataforma publicitaria para ofrecer a sus visitantes la mejor experiencia de navegación posible. Como parte de dicha estrategia, Google ha dado a conocer que en el último año ha eliminado más de 350 millones de anuncios que contravenían sus normas de uso.
Puesto en perspectiva, equivale a desactivar casi un millón de banners al día, que se dice pronto. En el transcurso del 2012, esa cifra ascendió a 220 millones, de manera que de un año a otro se ha producido un incremento del 50% en el número de anuncios vetados. Es evidente, por lo tanto, que han aumentado considerablemente los recursos técnicos y económicos destinados a limpiar AdWords de reclamos que molesten a los usuarios de sus servicios.
Asimismo, Google también ha confirmado que a lo largo del 2013 que acabamos de dejar atrás ha dado de baja a 270.000 empresas anunciantes. Producto de ese esfuerzo, la cifra de productos piratas que se han intentado vender en AdWords ha descendido un 82% respecto al ejercicio anterior al tiempo que las quejas por la presencia de dichos anuncios ha bajado un reseñable 78%.
Eso por lo que respecta a los anunciantes. En relación a la otra mitad de la ecuación, las webs y apps que muestran dichos banners, Google explica que en el 2013 ha vetado 3.000.000 de intentos de unirse a su red AdSense y ha colocado en la lista negra a 200.000 páginas que trataban de engañar a sus visitantes haciendo pasar los anuncios como contenidos o que les incitaban a hacer clic en los mismos para incrementar sus ingresos de manera artificial sin aportar beneficio alguno a las empresas que pagaban por publicitarse.
En esta misma línea se enmarca también el anuncio que hizo Google el viernes informando que en las próximas semanas solicitará a algunos internautas que cumplimenten una pequeña encuesta cuando cierren un banner que no les interesa. El objetivo último será obtener más datos que les permita determinar porqué no gustan determinados banners y mantener así su ecosistema publicitario limpio de malas prácticas.