El próximo 8 de abril Microsoft dejará de ofrecer actualizaciones de seguridad a los usuarios de Windows XP. Tras esta medida se esconde la voluntad, comprensible por otra parte, de impulsar la adopción de Windows 7 y 8.1, especialmente en el entorno empresarial, donde todavía son muchos los que siguen utilizando los servicios del veterano sistema operativo lanzado en el año 2001.
Una decisión que se sabía desde hace tiempo y que parecía inamovible pero que en las últimas horas ha sido matizada, siquiera mínimamente, por parte del gigante estadounidense. Mediante una nota publicada en su blog corporativo ha informado de que, si bien dejará de dar soporte a Windows XP a partir de esa fecha, seguirá actualizando las herramientas de eliminación de software malintencionado que se incluyen en dicho sistema operativo hasta el 14 de julio del 2015.
Es decir, un año extra. La idea es allanar el camino y ofrecer todas las facilidades posibles para que tanto los particulares como, sobre todo, las empresas que siguen con Windows XP vayan poco a poco adquiriendo licencias de otros sistemas operativos de la casa más modernos.
No le será fácil conseguirlo, puesto que casi 13 años después de su lanzamiento, XP todavía dispone de una cuota de mercado del 29%. Es, tras Windows 7, el segundo sistema operativo más utilizado en el mundo, muy por delante por ejemplo de Windows 8.x, que apenas está presente en el 10,49% de los ordenadores de sobremesa y portátiles.