En octubre de 1895, un adolescente de 16 años llamado Albert Einstein que arrastraba un expediente académico que distaba mucho de ser brillante y que ni siquiera había acabado sus estudios de bachiller, se presentó al examen de entrada para la Escuela Politécnica Federal de Zúrich.
Sus resultados en física y matemáticas fueron excelentes, pero no así en las asignaturas de letras, de manera que no obtuvo la calificación mínima exigida para ser admitido en dicha universidad. Para su fortuna, el director del centro vio potencial en él y le aconsejó que se sacase el título de bachiller ya que de esta manera tendría acceso directo al prestigioso campus.
Así lo hizo el joven Einstein, que dedicó el siguiente año a finalizar sus estudios de grado intermedio. En septiembre de 1896, una vez cumplimentado el curso que le faltaba, se presentó a los exámenes finales y obtuvo el ansiado título que le iba a abrir de par en par las puertas del Politécnico de Zurich. Estas fueron sus notas:
Como se puede apreciar en la imagen, obtuvo un 5 sobre 6 en alemán, un 3 en francés, un 5 en italiano, un 6 en historia, un 4 en geografía, un 6 en álgebra, un 6 en geometría, un 6 en física, un 5 en química, un 5 en ciencias naturales y un 4 en dibujo.
Una vez ya como alumno universitario, sus notas en física y matemáticas fueron magníficas, pero sus calificaciones en aquellas asignaturas que no le interesaban continuaron siendo, al igual que lo habían sido desde que era pequeño, sólo aceptables.
Y es que, por mucho que le insistieran los profesores, en no pocas ocasiones resultaba muy difícil de convencerle de que también debía esforzarse en materias por las que no se sentía atraído. A pesar de todo, en 1900 acabó su etapa universitaria en Zúrich con una nota media de 5 sobre 6. En 1905, sólo 5 años más tarde, formuló su teoría de la relatividad especial y revolucionó el mundo de la física. El resto es historia.