Investigadores de la Universidad de Lund han descubierto una nueva y muy agresiva cepa del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en Guinea-Bissau que provoca que los pacientes infectados desarrollen el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) en un periodo significativamente más corto.
Conocida con el nombre de A3/02, esta variante del VIH se forma cuando dos de las cepas más comunes en esta región del África Occidental se fusionan y combinan sus ADN. De acuerdo a los análisis que se han llevado a cabo, las personas que se ven afectadas acaban enfermando de SIDA en menos de 5 años. Es decir, entre 2 y 2,5 años más rápido de lo que sucede con los tipos más extendidos del VIH.
Patrick Medstran, profesor de virología de la universidad sueca y uno de los investigadores que han colaborado en el estudio, ha señalado que, aunque por el momento sólo se han detectado casos en Guinea-Bissau, es muy probable que antes o después ésta u otra variante del VIH de la que se tienen pocos o nulos datos acabe llegando a Europa o América debido a los flujos migratorios.
Afortunadamente, los científicos que han participado en el estudio han asegurado que los medicamentos disponibles en la actualidad también son efectivos tanto contra el A3/02 como contra el resto de cepas del VIH que han sido detectadas hasta la fecha.
El problema, claro está, se halla en que una parte significativa de los habitantes de los países subdesarrollados siguen sin poder acceder a los costosísismos tratamientos que se han implementado para combatir esta epidemia y la aparición de esta variante va a suponer para muchos un recorte drástico en su esperanza de vida.
En estos momentos, la ONU estima que hay 35,3 millones de personas con VIH en el mundo, la mayoría en las regiones más pobres del planeta. Por si eso fuera poco, sólo en el último año han aparecido 2,3 millones nuevos casos y 1,6 millones de pacientes han perdido su batalla contra este enfermedad y han muerto.
Los datos son trágicos, pero según el informe anual sobre el estado del VIH/SIDA que Naciones Unidas presentó en septiembre, la tasa global de infecciones y el número de fallecimientos relacionados con esta plaga decrece año tras año debido a las campañas de prevención y a la paulatina mejora en el acceso a los tratamientos antirretrovirales que se llevan a cabo. Unas conclusiones que aportan un pequeño rayo de esperanza en un panorama ciertamente desalentador.