Un ciudadano de Singapur llamado Batman Bin Suparman (¡¿en qué estarían pensando sus padres?!) ha sido sentenciado a una pena de dos años y nueve meses de prisión después de que el juez encargado del caso lo haya encontrado culpable de los delitos de robo y consumo de heroína.
Las desventuras de Batman comenzaron el pasado mes de julio cuando su hermano Nurazman Suparman denunció ante la policía que alguien le había sustraído la tarjeta de crédito y la había utilizado para sacar dinero de su cuenta bancaria. Las consiguientes investigaciones pusieron de manifiesto que el responsable del robo había sido nuestro antihéroe.
El panorama se complicó aún más para el joven Batman Suparman, de sólo 23 años, cuando el 9 de agosto irrumpió de noche en un establecimiento comercial cuando estaba cerrado y se llevó 200 dólares consigo. Al día siguiente, un empleado notó a faltar el dinero y, al revisar la cámara de seguridad, descubrió que un ladrón había entrado en la tienda.
Las imágenes grabadas permitieron identificar al autor del robo y, unos días más tarde, Batman fue detenido. Para su desgracia, fue sometido a unos chequeos que revelaron que en fechas recientes había consumido heroína, lo que sumado a los cargos que ya pesaban sobre él ha acabado llevándolo a la cárcel.
Ante las evidencias presentadas, el magistrado se ha mostrado inflexible y no ha querido atender las peticiones de clemencia de los más de 11.000 seguidores que Batman tiene en Facebook, donde posee un grupo de apoyo desde que se diera a conocer su nombre de superhéroe. Definitivamente, no parece que sea el héroe que Singapur merece, ni el que necesita ahora…