¿Crisis? ¿Qué crisis? El mundo de la telefonía movil vive inmerso desde hace más de una década en una burbuja de prosperidad y buenos resultados que, lejos de pincharse, crece año tras año, ajena a las penurias por las que están pasando otros sectores industriales que sí se están viendo afectados por la adversa situación económica a la que se enfrentan millones de personas en el planeta.
Buena prueba de ello es el último informe presentado por la firma de análisis de mercados Canalys, en el que se recoge que durante el tercer trimestre del año se han vendido 250 millones de smartphones a nivel global, un 44% más que en el mismo periodo del año anterior.
Las multinacionales que se han visto más favorecidas por este crecimiento han sido, cómo no, Samsung y Apple, la primera con un 34% y la segunda con un 15% de las ventas totales. A cierta distancia les siguen las chinas Huawei y Lenovo, que están atrayendo a millones de consumidores ofreciendo terminales potentes a precios muy ajustados, y la surcoreana LG, que tras años vagando por el desierto parece haber retomado la buena senda.
Denostados por algunos, los smartphones con pantallas de 5 pulgadas o más siguen ganando adeptos y ya suponen el 22% del mercado, algo impensable no hace demasiado. Sin ir más lejos, sólo en el periodo comprendido entre los meses de julio y octubre, se han despachado 56 millones de unidades.
Una vez más, China ha vuelto a ser el país en el que se han vendido más terminales, con casi 100 millones de unidades. Por si eso fuera poco, ha sido también en el que más ha crecido la demanda tras registrar un espectacular incremento del 64%. Haciendo números vemos cómo el gigante asiático amasa el 39% de las ventas globales, muy por delante de regiones como Norteamérica o Europa que tradicionalmente habían copado las dos primeras plazas. Un dato que viene a reafirmar, por si no lo estaba ya, la importancia creciente que las economías asiáticas están consiguiendo en los últimos años en el mercado global.