Creo que convendremos todos en que es cuando menos surrealista el encontrarse en la autopista con un Lamborghini conducido por Batman. Pero, ¿cómo cabría calificar entonces el toparse en medio de la ciudad con un vehículo sacado directamente de Mario Kart cuyo propietario va disfrazado de Wario?
Por si el traje no fuera suficiente, fíjate que además va armado con un caparazón rojo. ¿Tendrá pensado utilizarlo contra algún coche que no le deje pasar?