En una operación auténticamente rocambolesca, la policía surcoreana ha detenido a 3 estafadores después de que un empresario chino que les había comprado supuestos iPhones empaquetados en sus respectivas cajas haya interpuesto una demanda cuando al abrirlas ha comprobado que en lugar de los smartphones de Apple contenían trozos de barro.
Para hacer más verosímil el timo, los ahora arrestados envolvían las cajas con plástico para que su cliente no las abriera mientras efectuaban la venta y, además, procuraban que los pedazos de barro pesaran lo mismo que los teléfonos móviles reales.
Por si eso fuera poco, en algunas de las cajas introducían terminales de verdad por aquello de que si al empresario le daba por comprobar la autenticidad de lo que estaba comprando cupiera la posibilidad de que inspeccionara una con un smartphone de verdad.
Ninguno de estos trucos les ha servido para salirse con la suya. Tras vender aproximadamente 300 cajas con supuestos iPhones y embolsarse una cantidad cercana a los 150.000 dólares, han acabado siendo apresados por los cuerpos de seguridad surcoreanos. Uno de esos casos verdaderamente asombrosos que se dan de vez en cuando