Era un secreto a voces que grandes fabricantes del sector de la telefonía móvil venían trabajando desde hacía tiempo en el desarrollo de smartphones con pantallas curvas, pero no ha sido hasta hace unas horas que Samsung ha mostrado al mundo el que va a ser el primer terminal de este tipo (Galaxy Nexus aparte) que se comercializa en el mundo.
Su nombre es Galaxy Round, dispone de una pantalla Super AMOLED de 5,7 pulgadas con una resolución de 1080p, un procesador de cuatro núcleos a 2,3 GHz, 3 GB de RAM, una cámara de 13 megapíxeles y una batería de 2.800 mAh. Su grosor es de sólo 7,9 milímetros, pesa 154 gramos y funciona bajo Android 4.3. Sus líneas generales de diseño y dimensiones son muy similares a las del afamado Galaxy Note 3, aunque a diferencia de este último posee, claro está, una forma arqueada.
Este smartphone se va a poner hoy mismo en Corea del Sur por un precio de 1,09 millones de won (752 euros al cambio actual). Por el momento la multinacional estadounidense no ha especificado si más adelante lo lanzará también en otros mercados internacionales tal y como suele ser norma habitual en la casa.
Más allá de sus llamativas y poco ortodoxas formas, cabe plantearse si un terminal de diseño curvo es realmente más funcional que uno convencional. Samsung, lógicamente, sostiene que ofrece ventajas, como poder consultar la hora, el estado de la batería o si se han recibido llamadas apoyando un dedo sobre uno de los costados del teléfono y haciendo que se incline sobre una superficie plana.
En el siguiente vídeo se puede apreciar dicha funcionalidad:
Es difícil anticipar qué acogida logrará este smartphone una vez se comercialice. Como siempre, serán los consumidores los que tengan la última palabra y determinarán con sus compras el futuro del Samsung Galaxy Round y del resto de modelos similares que otras firmas están a buen seguro ultimando.