Apple ha reducido significativamente la petición de nuevas partidas de componentes para el iPhone 5 a las empresas asiáticas que se encargan de su fabricación debido a que las ventas están siendo inferiores a las anticipadas. El empuje creciente de colosos como Samsung, LG, Motorola o HTC, que en el último año han sacado al mercado modelos de la talla del Galaxy S III, el Galaxy Note 2, el Optimus G, el Droid Razr HD o el One X, parece que, esta vez sí, está haciendo mella en la cuenta de resultados de la multinacional californiana.
Según diversas fuentes a las que ha tenido acceso el Wall Street Journal, la demanda de pantallas realizadas a Sharp, Japan Display Co y LG Display para el iPhone 5 en el periodo comprendido entre enero y marzo ha disminuido en un 50% respecto a los pronósticos que se habían efectuado previamente.
La noticia es especialmente punzante para los intereses de Apple habida cuenta de que la creencia generalizada tanto en las semanas anteriores como en las posteriores al lanzamiento del iPhone 5 era de que sus proveedores podrían no ser capaces de producir lo suficiente como para satisfacer la demanda.
Estas aparentes dificultades se han hecho públicas poco después de que Samsung, su principal rival en el sector de la electrónica de consumo, haya expresado que en el último trimestre del 2012 ha obtenido unas ganancias récord de 8.500 millones de dólares gracias a las excelentes ventas que ha cosechado su gama de dispositivos Galaxy.
De hecho, y según los datos que maneja IDC, la cuota de mercado de Samsung en el terreno de los smarphones ha aumentado desde el 22,5% que ostentaba a finales del 2011 hasta el 31,3% actual. En cambio, la de Apple ha bajado en el mismo periodo desde el 23% al 14,6%.
Unos datos que podrían explicar que Apple se esté planteando seriamente la posibilidad de lanzar un iPhone Mini a finales de año que sería significativamente más barato que su hermano mayor y permitiría a la compañía de Cupertino atraer a millones de consumidores que a día de hoy no pueden permitirse la compra de un smartphone de gama alta como el iPhone 5.