Presta atención por un momento a la imagen de arriba. Es una captura que acabo de realizar de la tienda online de Sony. Concretamente, de la sección dedicada a los portátiles de la Serie Vaio. En la misma aparecen listados los distintos modelos de la gama junto a una pequeña descripción de sus características técnicas y precio.
Si te fijas verás que la compañía japonesa enfatiza que el de la derecha, el más caro con diferencia, es también el mejor de todos (Best of everything). Lo doloroso para Microsoft es que Sony ha decidido que este modelo top de Vaio no incluya de serie Windows 8, como podría parecer lógico, sino su predecesor, Windows 7 Ultimate.
El recién estrenado y ampliamente publicitado sistema operativo sí que viene en cambio en los modelos más baratos, en un movimiento que muy probablemente habrá sentado como una patada donde más duele en las oficinas centrales de Redmond.
Esta punzante e inesperada coz de Sony llega además en un momento especialmente sensible para Microsoft, puesto que empresas de análisis de mercado como Net Applications han hecho públicos esta semana datos que ponen de relieve que el ratio de adopción de Windows 8 está siendo por ahora inferior al que consiguiera en el mismo periodo de tiempo el hoy maldito Windows Vista.
Por si eso fuera poco, Masami Yamamoto, presidente de Fujitsu, no se ha andado por las ramas y ha achacado al nuevo sistema operativo de Microsoft las bajas ventas que han cosechado sus ordenadores portátiles en el último trimestre del año.
Así lo manifestó la semana pasada en el transcurso de una comparecencia que mantuvo con los medios de comunicación desplazados a Tokio en la que señaló que la empresa que dirige no podrá cumplir con las previsiones que tenían marcadas debido a la hasta el momento decepcionante acogida de W8.