El goteo constante de nuevos virus, troyanos y spyware que desde hace décadas azota a los usuarios de ordenadores personales y ahora también a los de tablets y smartphones ha convertido a los antivirus en unos programas de primera necesidad y a las compañías que los desarrollan en colosos que cada año mueven miles de millones de dólares, con ejemplos como el de Symantec que en el último año ha ganado 1.170 millones de dólares netos.
En la eficacia de sus soluciones de seguridad informática confían empresas y usuarios particulares de todo el mundo. La cuestión es: ¿cumplen realmente con su cometido productos como Norton Antivirus, McAfee VirusScan o Kaspersky Anti-Virus? ¿Nos protegen continuamente de las amenazas que pululan por Internet o sólo en ocasiones y ante determinados códigos maliciosos?
La respuesta a estas preguntas no es alentadora. Según un estudio realizado conjuntamente por Imperva, una empresa de seguridad asentada en California, e investigadores del Instituto Tecnológico Technion-Israel sólo el 5% de los nuevos virus son detectados satisfactoriamente por estos programas. Un porcentaje que, mucho me temo, debe haber provocado escalofríos a más de uno.
Para llegar a estas conclusiones han analizado 82 nuevos virus que han aparecido recientemente y han hecho que 40 productos antivirus, entre los que se encuentran los de empresas como las referidas Symantec, McAfee, Kaspersky Lab o el de la propia Microsoft, los escanearan. En promedio, los antivirus tardaron un mes para actualizar sus algoritmos de detección y localizar los nuevos virus. Es como para echarse a temblar.
Por si eso fuera poco, los resultados muestran que dos de los productos que alcanzaron unos ratios de detección más elevados, Avast y Emsisoft, son gratuitos, mientras que otros más conocidos pero que han obtenido unas puntuaciones más bajas, son de pago.
Teniendo en cuenta que consumidores y empresas invertimos el año pasado una cifra cercana a los 7.400 millones de dólares en la compra de licencias de programas antivirus, los datos expuestos en este análisis son especialmente preocupantes. En ello ha abundado Ted Schlein, especialista en el campo de la seguridad informática de la empresa Kleiner Perkins Caufield & Byers, que ha afirmado que la metodología que durante años se ha venido utilizando para protegernos de las amenazas online ha perdido su eficacia.
De hecho, en los últimos tiempos hemos vivido casos como el de Flame, una pieza de malware que Kaspersky Lab descubrió en mayo del año pasado después de que hubiera estado robando datos de ordenadores durante un periodo estimado de 5 años sin que ningún antivirus detectara su presencia y advirtiera de su peligro a las potenciales víctimas. Lo cierto es que situaciones como las descritas no hacen sino acrecentar las dudas que mucha gente tiene respecto a los antivirus y hacia su cuestionable comportamiento. No es para menos.