Mientras que año tras año, trimestre tras trimestre, las ventas de smartphones y tablets crecen a un ritmo endiablado, las de ordenadores de sobremesa y portátiles permanecen estancadas y no muestran signos claros de recuperación desde hace casi un lustro.
Este comportamiento dispar está teniendo una repercusión clara en las cuentas de resultados de los principales fabricantes de chips para dichas plataformas: mientras que Intel no está pudiendo mantener las cifras de ingresos de otras épocas, las compañías que apostaron en su día por las plataformas móviles están viviendo días de vino y rosas.
Tal es el caso de Qualcomm, cuyos ingresos está previsto que aumenten este año un espectacular 27,1%, pasando de los 10.100 millones de dólares del 2011 a los 12.900 millones de dólares del presente ejercicio. En contraposición, los analistas creen que los ingresos de Intel disminuirán un 2,4%, pasando de los 49.000 millones de dólares del año pasado a los 47.500 de éste.
Un crecimiento éste que ha llevado a la multinacional californiana del noveno puesto que ostentaba hace sólo un par de años en el ránking de los mayores fabricantes de chips del mundo al tercero actual, sólo por detrás de la propia Intel y de Samsung, que ocupan respectivamente la primera y segunda plaza en esta particular clasificación.
La efervescencia de los dispositivos móviles no ha podido mitigar en cualquier caso el mal momento de sectores tradicionales como el de los PC o los televisores y, en conjunto, las ventas totales de chips van a a bajar ligeramente en del 2012. La empresa iSuppli prevé que a 31 de diciembre el descenso se situará en torno al 2,3%, pasando de los 310.000 que se ingresaron en el 2011 a los 303.000 de este año.