Este pequeño camino nevado que se extiende hasta donde alcanza la vista entre un mar de árboles delimita un tramo de la frontera entre Suecia y Noruega. Ni vallas ni puestos de vigilancia. Tan solo un sendero de unos pocos metros de anchura es cuanto separa a ambos países nórdicos.
A modo de anécdota, resaltar que el uso recreativo de las motos de nieve está estrictamente regulado en Noruega como medida de protección para el entorno y, en amplias zonas, está directamente prohibido. Así pues, cabe la posibilidad de que la persona que sale en la fotografía, en función de hacia donde virase la moto en un momento determinado, acabase cometiendo una actuación tipificada como irregular en el ordenamiento jurídico noruego