Tami Reller, la actual vicepresidenta y directora de finanzas de Microsoft, ha confirmado en la Conferencia mundial de socios de Microsoft que se está celebrando esta semana en Toronto, que en los casi 3 años que Windows 7 lleva en el mercado se han vendido ya la increíble cifra de 630 millones de licencias (a modo meramente comparativo, la base de Macs instalados es de «sólo» 66 millones).
Durante su alocución, ha explicado que el ritmo de adopción de este sistema operativo no se está viendo ralentizado ante el próximo lanzamiento de Windows 8 y que, de hecho, únicamente en el último mes se han distruido 30 millones de copias adicionales. Con estos números en la mano, Reller ha revelado que el 50% de los ordenadores instalados en empresas utilizan ya Windows 7, un porcentaje que supera ampliamente al que ostenta Windows XP.
Asimismo, la directiva de Microsoft ha aprovechado el acto para confirmar públicamente algo que ya se daba por descontado desde hacía tiempo: esto es, que la versión de disponibilidad general (también conocida como RTM por sus siglas en inglés) de Windows 8 estará lista a principios de agosto y que este nuevo sistema operativo se pondrá a la venta a finales de octubre.
Así pues, en menos de 4 meses se producirá el lanzamiento del producto más esperado y, me atrevería a decir, más innovador que Microsoft ha diseñado en mucho, mucho, tiempo. Steve Ballmer ha comentado al respecto que es el mayor desafío que ha afrontado la compañía en los últimos 17 años. No le falta razón, puesto que de su éxito o no, especialmente en el campo de los tablets, dependerá buena parte del futuro del gigante del software.