Con unas ventas de sus terminales BlackBerry que en el último año han descendido desde los 13,8 millones de unidades hasta unos escasos 9,7 millones, una cuota de mercado que se ha hundido desde el 13,6% de 12 meses atrás al 6,4% actual, unos ingresos en caída libre y unas perspectivas a corto y medio poco o nada halagüeñas, era evidente que antes o después RIM se iba a ver forzada a tomar medidas drásticas para equilibrar sus cuentas.
Y así va a ser. De acuerdo a una información que se ha filtrado este fin de semana, la multinacional canadiense, que en estos momentos cuenta con 16.500 trabajadores, va a despedir al menos a 2.000 de ellos este próximo viernes 1 de junio, un día antes de que finalice el primer trimestre fiscal.
La noticia era esperada. El 29 de marzo, mañana hace 2 meses, Thorstein Heins, CEO de la compañía, ya explicó en una conferencia que se deberían afrontar cambios sustanciales. Fue una de las primeras comparecencias públicas de este ejecutivo alemán tras sustituir en el puesto a Jim Balsillie, cofundador de RIM, que había presentado su dimisión unas jornadas antes debido a la delicadísima situación por la que atravesaba, y sigue atravesando, el coloso norteamericano.
Las palabras de Heins fueron pronunciadas a sabiendas de que durante ese trimestre iban a obtener unas pérdidas netas de 125 millones de dólares, unos números especialmente dolorosos habida cuenta de que en el mismo periodo del año anterior habían ganado 934,33 millones de dólares.
No es la primera vez en los últimos tiempos que RIM reduce su fuerza laboral. De hecho, en julio del 2011 ya despedió a otros 2.000 empleados ante el frenazo en las ventas de las BlackBerrys. Es decir, que en sólo 12 meses su plantilla se va a ver reducida en un 25% fruto de su incapacidad para competir con iOS y Android. Miedo da pensar cómo estará en estas mismas fechas del 2013.