Clive Palmer, un millonario australiano con una fortuna personal estimada de 3.000 millones de dólares, ha dado el visto bueno para que la nueva firma que ha fundado, Blue Star Line Pty, encargue a la empresa estatal china CSC Jinling Shipyard la construcción de una réplica del Titanic pero dotada de la tecnología del siglo XXI.
El trayecto inaugural está previsto que se produzca a finales del 2016 y a modo de homenaje partirá del Reino Unido en dirección a Estados Unidos. Huelga decir que el coste del navío no ha sido desvelado, ni puede que lo sea nunca, a tenor de los comentarios que se han realizado durante el acto de presentación.
Palmer ha afirmado que será tan lujoso como su predecesor y que sus dimensiones serán también idénticas. Esto es, tendrá una eslora de 269 metros, una altura de 53 metros, una manga de 28 metros y dispondrá de 840 camarotes y 9 cubiertas.
El transatlántico contará con gimnasios, piscinas, bibliotecas, refinados restaurantes y suntuosas habitaciones que tratarán de satisfacer las exigencias de los acaudalados pasajeros que representan el público objetivo al que va a ir dirigido este buque.
Habrá que aguardar 4 años para ver si las promesas de Palmer se hacen realidad y un barco con la estampa del Titanic original vuelve a surcar los mares. Mientras tanto, conformémosnos con este vídeo, el único que se conserva, del icónico bajel que se hundió la madrugada del 14 al 15 de abril de 1912 tras chocar contra un iceberg llevándose consigo la vida de 1.517 personas: