En la película Avatar, ambientada en el año 2154, los humanos pueden controlar con la mente a ejemplares de na’vis que han creado artificialmente en sus laboratorios. Aunque deberá transcurrir mucho, muchísimo tiempo, para que podamos disponer de algo tan avanzado, unos científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana han dado un pequeño gran paso en esa dirección tras anunciar que en la actualidad, en pleno 2012, han desarrollado una tecnología con la que son capaces de manejar un robot a distancia con el pensamiento.
La intención del equipo de trabajo suizo es utilizar los avances que han dado en este campo para mejorar en un futuro próximo las condiciones de vida y la autonomía de aquellas personas que sufren problemas de movilidad. En la demostración pública que han realizado han enseñado cómo Mark-Andre Duc, un paciente tetraplégico, controla un robot situado a 100 kilómetros de distancia mediante las órdenes que le envía a través de una especie de gorro situado en su cabeza que se encarga de registrar su actividad cerebral.
El sistema capta las señales eléctricas que emite el cerebro de una persona cuando, por ejemplo, se imagina moviendo los dedos de sus manos en una dirección concreta, las decodifica y, a continuación, envía una serie de instrucciones a un robot para que se mueva hacia el costado que se le indica.
Este tipo de tecnologías, que se han venido probando desde hace más de una década, presentan el inconveniente de que exigen una concentración máxima a quienes la utilizan, dado que cualquier distracción, por pequeña que ésta sea, provoca que el conjunto deje de funcionar convenientemente.
Para paliar este problema, los científicos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana han implementado un software para que la computadora, tras recibir una orden del estilo «avanza hacia adelante», la ejecute hasta que le llegue el comando de parar o el robot se tope con un obstáculo, obviando cualquier otro pensamiento que el individuo pueda tener mientras tanto.
Os dejo para acabar con este vídeo (en inglés, lo siento) en el que se relata de manera resumida lo que os acabo de explicar mientras de fondo aparecen fotografías suministradas por la institución académica suiza: