El 2011 ha sido un año magnífico para Intel en el que se ha consolidado como el primer fabricante de procesadores del mundo, con unos ingresos de 48.721 millones de dólares y una cuota de mercado global del 15,6%, un 2,5% más que en el 2010.
Este balance es especialmente significativo si se tiene en cuenta que su presencia sigue siendo puramente testimonial en dos sectores estratégicos que vienen experimentando enormes crecimientos como es el caso de la telefonía móvil y los tablets, dominados ambos por los chips con arquitectura ARM.
Son los mejores resultados que ha obtenido la compañía californiana desde al menos el 2001, cuando se quedó con el 13,9% del mercado. Como referencia, en el último quinquenio el porcentaje de Intel ha variado entre el 11,9% y el 13,9%, lo que da buena fe de las excelentes cifras que ha presentado en el ejercicio que acabamos de dejar atrás.
La mejora ha venido impulsada por el crecimiento tanto en la demanda de microprocesadores para PCs como en la de las memorias flash de tipo NAND que incorporan un número cada vez mayor de productos de consumo. También han contribuido los ingresos asociados a la división de negocios de dispositivos wireless de Infineon, que Intel compró a principios del 2011.
El gigante de Mountain View ha visto reforzada de esta manera la primera posición que ostenta desde hace años en el sector de los semiconductores, hasta el punto de que Samsung, la 2ª empresa en cuota de mercado, se sitúa ahora a más 6 puntos de distancia, con un porcentaje del 9,2%. Más lejos encontramos a Texas Instruments, con un 4,5%, seguida de Toshiba con un 4,1%, Renesas Electronics Corporation, con un 3,4%, y Qualcomm, con un 3,3%.