Cuando a mediados de 1979 Tōru Iwatani y su equipo comenzaron el desarrollo de lo que un año después acabaría siendo Pac-Man, uno de los videojuegos más importantes de la historia, pensaron en utilizar a Chuck Norris como protagonista del título, pero en seguida comprendieron que la idea era absolutamente descabellada, puesto que su personaje se dedicaba a destruir, arrasar, exterminar, erradicar, aniquilar y asolar a los enemigos y escenarios con su infalible y mortal patada giratoria, así que al final decidieron suprimirlo y colocar en su lugar al hoy mítico comecocos amarillo
Y es que con Chuck no hay quien pueda. Ni siquiera los fieros osos se atreven con él y su mirada fría y mortal: