Hace ahora justo un año, Nokia anunció, para sorpresa de propios y extraños, que había llegado a un acuerdo con Microsoft en el que se establecía que sus futuros smartphones funcionarían bajo Windows Phone, lo que en la práctica implicaba el adiós a MeeGo, el sistema operativo que hasta entonces se creía que iba a impulsar sus terminales de altas prestaciones.
La decisión levantó ampollas entre quienes consideraban que la renuncia a Symbian y MeeGo haría perder identidad de marca a Nokia y provocaría que se situase en una posición de dependencia de Microsoft, desprendiéndola además de ese halo especial que rodeaba a una firma que hasta la fecha había diseñado tanto el hardware como el software de sus móviles.
Tampoco sentó bien que el cambio de rumbo llevara la firma de Stephen Elop, que había sido nombrado CEO de la compañía finlandesa sólo 5 meses atrás precisamente tras abandonar el puesto de mando de la División de Negocios de Microsoft, de la que seguía siendo el 8º mayor accionista individual.
El tiempo transcurrido desde entonces ha apaciguado los ánimos y ahora, 12 meses después, Nokia ya comercializa sus 2 primeros modelos impulsados por Windows Phone 7, el Lumia 710 y el Lumia 800, y ha dado a conocer que a mediados de marzo pondrá a la venta en Estados Unidos un tercer terminal, el Lumia 900.
Aunque no se conocen datos concretos acerca de las ventas que han alcanzado estos móviles, las estimaciones que manejan en el sector sugieren que desde noviembre, mes en el que se comercializaron ambos, hasta mediados de enero del 2012 Nokia ha despachado aproximadamente 1,3 millones de unidades, una cifra que a tenor de las largas colas que se han formado esta última semana en las tiendas finlandesas coincidiendo con el debut de ambos modelos va a seguir creciendo considerablemente.
Si las ventas serán lo suficientemente elevadas como para hacer que Nokia vuelva a codearse con los grandes fabricantes de smartphones del momento está todavía por ver, pero de lo que no cabe duda es de que a día de hoy la compañía finlandesa está mejor posicionada que un año atrás para plantar cara a empresas como Samsung, Sony, Motorola, HTC o LG, especialmente en el mercado más importante del mundo, Estados Unidos, donde después de mucho tiempo los medios de comunicación vuelven a referirse al gigante escandinavo como un contendiente digno de tomar en consideración.
De hecho, en las últimas horas se ha filtrado que en el Mobile World Congress que se va a celebrar en Barcelona del 27 de febrero al 1 de marzo va a presentar un nuevo modelo de altas prestaciones. La compañía, obviamente, no se ha querido pronunciar al respecto, lo que ha llevado a que comiencen a surgir especulaciones acerca de las características técnicas que podría tener.
Hay quien sugiere que lo que veremos será el Lumia 910, la versión europea del Lumia 900 estadounidense, con algunos añadidos como quizá una cámara de 12 megapíxeles en lugar de la de 8 MP que incorpora el terminal pensado para tierras americanas. Claro que como conjeturar es gratis también hay quien considera que la novedad no será un smartphone sino un adelanto del primer tablet de Nokia equipado con Windows 8, el futuro sistema operativo de Microsoft que está previsto que se ponga a la venta a finales de año.
Rumores y más rumores que, muy probablemente, no cesarán hasta el 27 de febrero, día en que la multinacional finlandesa va a llevar a cabo una esperada conferencia de prensa en el MWC en la que anunciará los dispositivos que tiene previsto lanzar al mercado próximamente y dará las líneas maestras de la que va a ser su estrategia de cara al 2012, un año que a diferencia del 2011 se afronta en las filas de Nokia con un renovado optimismo.