En el 2003, el surfero estadounidense Mike Parsons consiguió deslizarse sobre una gigantesca ola de 19,5 metros de altura durante una competición que se celebró en la isla hawaina de Maui, en una hazaña que fue grabada desde un helicóptero e incluida como escena inicial del documental Billabong Odyssey. Años más tarde, alguien subió el vídeo a YouTube y rápidamente se convirtió en un viral como consecuencia de su espectacularidad, que aun hoy en día deja con los ojos como platos a quienes lo contemplan por primera vez:
No ha sido la ola más grande que ha surfeado Parsons, dado que el 5 de enero de 2008 cabalgó una mole de más de 23 metros que le ha valido para aparecer desde entonces en el Libro Guinness de los Récords. Un privilegio que puede estar a punto de pasar a la historia después de que hace unas horas Garret McNamara haya surfeado una enorme ola que, según la cadena ESPN, ha alcanzado una altura de 27,5 metros: