Cuando se acerca un imán a un superconductor que previamente ha sido enfriado por debajo de su temperatura de transición hasta hacer su resistividad nula, se induce una corriente eléctrica que crea un campo magnético opuesto al del imán. Dado que el superconductor no ofrece resistencia eléctrica, la corriente inducida fluye y crea una fuerza de repulsión que contrarresta el peso del imán y lo mantiene suspendido en el aire.
Este principio que os acabo de explicar a grandes rasgos ha sido aplicado por unos investigadores de la Universidad de París VII Denis Diderot, que han conseguido montarse sobre una tabla que recuerda a los monopatines que salían en la película Regreso al Futuro II y levitar tras enfriar un superconductor con nitrógeno líquido: