Si el mes pasado unos investigadores de la Universidad de Michigan presentaron el sistema computacional completo más pequeño que jamás se haya creado con el objetivo en mente de que en unos años pueda ser implantado en los ojos de personas que padezcan glaucoma, esta semana el Institute of Robotics and Intelligent Systems, una entidad sin ánimo de lucro radicada en Zúrich, ha dado a conocer que han desarrollado unos minúsculos robots con los que esperan, al igual que sus colegas estadounidenses, poder curar en un futuro próximo enfermedades asociadas a la pérdida de visión.
La particularidad de estos microrrobots respecto a otros desarrollos similares que se habían efectuado anteriormente radica en que una vez inyectados en un ojo se pueden controlar haciendo uso del electromagnetismo, lo que elimina la necesidad de que lleven algún tipo de batería que asegure su propulsión y comunicación con el exterior.
En un futuro se espera que estos robots puedan tratar la degeneración macular transportando pequeñísimas dosis de medicación directamente a la zona afectada durante varios meses. Y más adelante incluso que puedan realizar microcirugía. Pero para eso, sobra decirlo, queda aún un largo camino por delante.
Las pruebas efectuadas hasta la fecha se han realizado únicamente en ojos procedentes de cerdos muertos, si bien el equipo que ha conseguido estos avances, liderado por el joven ingeniero mecánico sudafricano especializado en termodinámica y robótica Michael Kummer, espera poder llevarlas a animales vivos en un breve periodo de tiempo.