Desde que Super Mario Bros viera la luz el 13 de septiembre de 1985, esta prolífica y extraordinariamente exitosa saga de videojuegos de plataformas se ha visto ampliada con la sucesiva aparición de títulos míticos como Super Mario Bros 2 (1988), Super Mario Bros 3 (1988), Super Mario Land (1989), Super Mario World (1990), Super Mario Land 2 (1992), Super Mario World 2: Yoshi’s Island (1995), Super Mario 64 (1996), Super Mario Sunshine (2002), New Super Mario Bros (2006), Super Mario Galaxy (2007), New Super Mario Bros Wii (2009) y Super Mario Galaxy 2 (2010).
Han sido 25 años en los que el fontanero italiano se ha consolidado como el personaje más aclamado y conocido de esta multimillonaria industria y en los que Nintendo ha sabido aprovechar su tirón para hacerlo aparecer de una u otra manera en unos 200 videojuegos, de los que se han vendido más de 200 millones de copias. Ha sido, es y todo hace indicar que continuará siendo durante mucho tiempo un filón casi inagotable para la compañía japonesa.
Tantos videojuegos, tan variados escenarios y tal cantidad de enemigos y situaciones absolutamente diversas han obligado a los creativos de Nintendo a estrujarse el cerebro en este último cuarto de siglo para, entre otras muchas cosas, implementar decenas de maneras con las que Mario puede morir.
Caer al vacío, a la lava, ahogarse, ser aplastado, acabar siendo presa de peces gigantes, de unos secuestradores alados, congelarse, verse atrapado en arenas movedizas o recibir un rayo láser son algunas de las múltiples vías que los diseñadores de la gran N han encontrado para acabar con la vida de este peculiar héroe.
En este sentido, The Bourgyman, un usuario de Deviant Art, se ha entretenido a crear este gráfico en el que repasa las formas más habituales con las que el jugador puede perder una vida mientras controla a Mario: