El lanzamiento del iPad fue recibido con los brazos abiertos no sólo por los seguidores de Apple, sino también por parte de los directivos de periódicos y revistas, que vieron en el dispositivo de Apple la tabla de salvación que les iba a permitir alcanzar el objetivo con el que tanto tiempo llevaban soñando: conseguir que una parte significativa de los internautas que hasta la fecha se negaban a pagar por leer las ediciones digitales de sus cabeceras cambiaran de parecer y pasaran por caja para consultar las versiones especiales que iban a sacar para el tablet de la manzana.
Steve Jobs y su equipo los habían convencido de que el iPad iba a salvar a la industria, y dado el poder de persuasión que atesora este buen hombre y las ganas que tenían de que estuviera en lo cierto, la gran mayoría, por no decir todos, lo creyeron a pies juntillas y crearon en tiempo récord ediciones adaptadas de sus publicaciones para el gadget de moda.
Los primeros datos que se publicaron no hicieron sino refrendar los postulados de Jobs: Wired vendió más de 100.000 ejemplares digitales en su primer mes, Vanity Fair unos nada despreciables 10.500 y Men’s Health 2.800. El futuro pintaba esplendoroso, las épocas de vacas flacas parecían por momentos un vago recuerdo apenas perceptible, unos y otros se congratulaban de lo listos y avispados que eran, el champán corría por los despachos… hasta que la realidad, la cruel y jodida realidad, se ha acabado por imponer y ha dejado a más de uno en calzones.
Y es que en los meses que han seguido a la aparición de estas ediciones especiales, el número de lectores dispuestos a desembolsar unos billetitos por leerlas no sólo no ha aumentado sino que está decreciendo a marchas forzadas. Repasemos los datos:
- Wired ha pasado de 100.000 lectores a unos más modestos 23.000
- Vanity Fair de 10.500 a 8.700
- Glamour de 4.300 a 2.775
- GQ de 13.000 a 11.000
- Men’s Healt de 2.800 a 2.000
Todos, del primero al último, han visto cómo sus números se han desinflado de manera considerable, especialmente Wired, que actualmente vende 4 veces menos que en el mes de junio. Unos y otros confían en que las excelentes ventas que el iPad ha cosechado estas navidades traigan consigo una nueva oleada de lectores ávidos de contenidos de pago. Ya se sabe, la esperanza es lo último que se pierde. Eso sí, lo único cierto es que, a día de hoy, cuesta horrores creer que el iPad vaya a salvar a las revistas.