El 3 de diciembre de 1971, el Tribunal Federal del Distrito Oeste de Pensilvania tuvo que hacer frente a una petición inaudita: un ciudadano llamado Gerald Mayo acababa de presentar una demanda civil contra Satanás y sus siervos, a quienes acusaba de haber llenado su vida de obstáculos insalvables, de ser los responsables de las amenazas injustificadas que había recibido a lo largo de los años y de conducirle a la ruina, circunstancias que en su opinión le habían privado de los derechos constitucionales que como estadounidense poseía.
Una vez hubo escuchado los argumentos tan poco comunes que aportó el demandante, y tras superar la incredulidad inicial, el juez Gerald J. Weber comenzó a leer su veredicto [pdf]. Una sentencia, como veréis, llena de matices
En primer lugar señaló que los informes policiales no concluían que el encausado hubiera sido el responsable de cuanto le había sucedido a Mayo. A continuación, en tono jocoso, indicó que de manera extraoficial tenía información acerca de un caso anterior en el que una persona que había sufrido un desahucio hipotecario llevó a Satanás ante los tribunales.
En realidad, el magistrado se refería a un cuento que publicó en 1937 el escritor Stephen Vincent Benét y que llevaba por título The Devil and Tom Walker. La historia explicaba las vivencias de Jabez Stone, un granjero de New Hampshire con muy mala suerte que vendió su alma al diablo a cambio de obtener buenas cosechas, pero que tras perder su vivienda al no poder hacer frente al pago de la hipoteca, terminó por demandarlo.
Dicho esto, el magistrado denegó la petición de Mayo debido, apuntó, a que no había encontrado la forma de contactar con Satanás para hacerle llegar una cituación judicial para que se presentara en la corte y se defendiera, tal y como le reconocía la legislación de Estados Unidos. Nunca el demonio había estado tan cerca de ser juzgado
Cuentan las malas lenguas que se libró por los pelos de acabar en chirona o teniendo que pagar una multa astronómica. Por cierto, ¿sabéis de algún otro personaje de ficción al que un iluminado haya demandado? No sé, ¿Blancanieves, Goku, el Coyote, Espinete… Jordi Hurtado?
Vía | Suing Satan in Federal Court.