Aunque no alcanza las cotas de perfección de otras obras de la casa como La princesa Mononoke o El viaje de Chihiro, El Castillo Ambulante es una muy buena película de animación dirigida por el siempre recomendable Hayao Miyazaki que relata las aventuras que viven Sophie, una adolescente a la que una bruja ha transformado en un anciana de 90 años, el mago Howl, su discípulo Marko y una bola de fuego de nombre Calcifer, a bordo de un artefacto volador repleto de sorpresas.
Bien, pues un tipo al que -me imagino- le debe haber encantado la película ha dedicado un montón de horas a recrear, con bloques de Lego, el castillo ambulante que sale en la película. El resultado es curiosísimo:
El autor no sólo ha construido la carcasa exterior del castillo, sino que también ha hecho lo propio con el interior, recreando minuciosamente los espacios y detalles que salen en la película:
De hecho, tras acabar el castillo lo ha fotografiado sobre un fondo preparado para la ocasión y ha retocado digitalmente la imagen con Photoshop para hacerlo aparecer en un mundo mágico similar al de la obra de Miyazaki. Una frikada absolutamente monumental