Tras años de trabajo, en 1973 un grupo interdepartamental de ingenieros de la Universidad Waseda de Tokio presentaron en sociedad a WABOT-1 (WAseda roBOT), el primer robot antropomórfico a escala real construido en el mundo. Podía comunicarse con una persona en japonés, calcular distancias y direcciones con la ayuda de receptores externos, caminar lentamente apoyándose en sus extremidades inferiores e incluso coger y transportar pequeños elementos gracias a unas manos dotadas de sensores táctiles.
En 1980 comenzó el desarrollo de la segunda versión de este robot, que finalmente no vio la luz hasta bien entrado el año 1984. Al igual que su predecesor, WABOT-2 contaba con un aspecto humanoide y podía recitar y entender algunas palabras en japonés, pero además era capaz de leer una partitura e incluso tocar una melodía de mediana dificultad con un sintetizador. De la misma manera que sucedió con su predecesor, en su momento fue considerado como el robot más avanzado del mundo.
Aunque han pasado 25 años desde que fuera presentado, las cosas que podía hacer siguen pareciendo excepcionales hoy en día, señal más que evidente de la avanzada tecnología que poseía. Y es que, no lo olvidemos, en 1984 la robótica estaba en pañales -aún más que ahora-, el Spectrum era el rey de los ordenadores domésticos y aún faltaban un par de años para que se estrenara la película Cortocircuito.
Este vídeo, grabado en la Expo ’85 que se celebró en Tsukuba, muestra la facilidad y precisión con la que WABOT-2 podía tocar una melodía compleja como Silk Road, obra del compositor y multi-instrumentista japonés Kitaro: